Cuatro adolescentes, cuatro talentosos, un amor, un arte, una música, una historia infinita.
Ellos, simplemente ellos, siendo felices. |
Tal vez no me sé todas las letras, tal vez no conozco todas las canciones o no conozco todos sus álbumes, pero el amor está y eso es lo que más me importa. George Harrison, John Lennon, Ringo Starr y Paul McCartney, esos cuatro chicos que empezaron con 14-17 años, esos cuatro chicos que empezaron a tocar como si nada, empezaron a tocar por amor a la música, amor al arte. Empezaron de la nada, como cualquier estudiante de secundaria. Paul y John conociéndose en una fiesta, según Paul, John estaba ebrio; Paul conociendo a George en la secundaria, con tan solo catorce años. Ringo todavía no, otros dos más integrantes; luego Ringo. Sólo cuatro integrantes. En fin, llamados "The Beatles" por más que pasaron por variados nombres. Y al final, ¿quién imaginaría tanto éxito? ¿Quién imaginaría tanto aplauso? Según Paul, el no puede creer que estuvo en The Beatles y se formó tal éxito. Y aún, Paul y Ringo vivos, siguen haciendo música y su nombre sigue rondando por el mundo. Porque aman la música, porque aman el arte y lo demuestran. Y esto, ¿no es importante? ¿No merece mi reconocimiento y mi amor? Creo que merece eso y mucho más. Merece toda mi atención. Merece ser mi banda. Y sí... Hay más bandas que me gustan, hay más bandas con historias tales como estas, pero... Me llega esta, ¿qué voy a hacer? Simplemente los amo, los considero los amores de mi vida, ya que sé que su música será infinita en mi corazón. Por más que todos se vayan al cielo y hagan música desde el cielo, su música quedará intacta aquí.
Gracias, escarabajos, infinitas gracias por haber existido, por ahí por los sesenta, gracias una y otra vez, prometo jamás olvidaros.